¡Estados Unidos ha desatado silenciosamente una guerra por el control de la "Tasa de interés"! El secretario del Tesoro de EE.UU., Yellen, y el presidente de la Reserva Federal (FED), Powell, compiten por el poder.
En el escenario de la política económica de Estados Unidos, se está llevando a cabo una silenciosa batalla sobre el poder de formulación de la política monetaria. La estrategia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de aumentar la emisión de bonos a corto plazo está debilitando sustancialmente la independencia de la Reserva Federal (FED), y el poder de formulación de la política monetaria podría trasladarse de hecho al sector fiscal. Esta semana, el secretario del Tesoro de EE. UU., Yellen, ha declarado claramente que prefiere depender más de la financiación de deuda a corto plazo, una postura que contrasta con sus críticas anteriores a su predecesor por depender en exceso de los bonos del gobierno a corto plazo, lo que equivale a una política de flexibilización cuantitativa fiscal. Esto no solo estimulará los precios de los activos de riesgo a alejarse aún más de su valor justo a largo plazo y estructuralmente aumentará los niveles de inflación, sino que también limitará gravemente la capacidad de la Reserva Federal para formular libremente una política monetaria antiinflacionaria, formando un patrón dominado por el sector fiscal.
¿Por qué la deuda a corto plazo es el "catalizador" de la inflación?
En los próximos años, el aumento de la inflación parece inevitable, y la decisión del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de aumentar la emisión de deuda a corto plazo podría convertirse en un factor estructural que impulse la inflación.
La "monetización" de los bonos del tesoro: Los bonos del tesoro, como instrumentos de deuda con plazos de menos de un año, tienen una "monetización" mayor que los bonos a largo plazo. Los datos históricos muestran que la fluctuación en la proporción de los bonos del tesoro en el total de la deuda pendiente a menudo precede los altibajos a largo plazo de la inflación, lo que se asemeja más a una relación causal que a una simple correlación. El inicio de este ciclo inflacionario fue precedido por un aumento en la emisión de bonos del tesoro que comenzó a mediados de la década de 2010, cuando el déficit fiscal de Estados Unidos mostró por primera vez un crecimiento cíclico.
El efecto amplificador del mercado de recompra: En los últimos años, el crecimiento explosivo del mercado de recompra también ha amplificado el impacto de la deuda a corto plazo. Debido a la mejora de los mecanismos de liquidación y el aumento de la liquidez, las transacciones de recompra en sí mismas se han vuelto más similares a la moneda. Los bonos del Tesoro suelen obtener un descuento cero (zero haircut) en las transacciones de recompra, lo que permite una mayor tasa de apalancamiento; estos bonos del gobierno activados a través de recompras ya no son activos dormidos en el balance, sino que se convierten en "moneda cuasi" que puede elevar los precios de los activos.
Estimulación de liquidez: La elección de la estrategia de emisión tiene impactos radicalmente diferentes en la liquidez del mercado. Cuando la proporción de la emisión neta de bonos del año respecto al déficit fiscal es demasiado alta, el mercado de acciones tiende a tener problemas. El hecho de que el mercado de acciones cayera en un mercado bajista en 2022 es un ejemplo de ello, lo que llevó a la entonces secretaria del Tesoro, Yellen, a liberar una gran cantidad de bonos del Tesoro en 2023. Esta acción condujo con éxito a que los fondos del mercado monetario utilizaran la herramienta de acuerdos de recompra inversa (RRP) de la Reserva Federal de EE. UU. para comprar estos bonos a corto plazo, inyectando así liquidez al mercado y promoviendo la recuperación del mercado de acciones. Además, las observaciones muestran que la emisión de bonos del Tesoro a corto plazo generalmente tiene una correlación positiva con el crecimiento de las reservas de la Reserva Federal de EE. UU., especialmente después de la pandemia; mientras que la emisión de bonos a largo plazo tiene una correlación negativa con las reservas. En resumen, emitir más bonos a largo plazo comprimirá la liquidez, mientras que emitir más bonos a corto plazo aumentará la liquidez. La emisión de bonos a corto plazo proporciona un "dulce estímulo" al mercado, pero cuando el mercado de acciones ya se encuentra en niveles históricamente altos, los inversionistas tienen posiciones abarrotadas y las valoraciones son extremadamente altas, la eficacia de este estímulo puede ser difícil de mantener.
Dos, la llegada de la era de "liderazgo fiscal", La Reserva Federal (FED) en un dilema
Para la Reserva Federal de EE. UU., la exuberancia irracional de los precios de los activos y la alta inflación del consumo, junto con una gran cantidad de deuda a corto plazo no pagada, constituyen un complicado dilema de política. Según la norma, el banco central debería adoptar una política de endurecimiento frente a esta situación. Sin embargo, en una economía con una acumulación significativa de deuda a corto plazo, un aumento de las tasas de interés se traducirá casi inmediatamente en un ajuste fiscal, ya que el costo de endeudamiento del gobierno se disparará. En ese momento, tanto la Reserva Federal de EE. UU. como el Departamento del Tesoro se enfrentarán a una enorme presión para aflojar la política y contrarrestar el impacto. De todos modos, el ganador final será la inflación.
A medida que el saldo no remunerado de la deuda a corto plazo aumenta, La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos se verá limitada en sus aumentos de tasas de interés, volviéndose cada vez más incapaz de cumplir con su misión completa. Por el contrario, el enorme déficit del gobierno y sus planes de emisión dominarán sustancialmente la política monetaria, creando una situación de dominio fiscal. La independencia de política monetaria a la que el mercado se ha acostumbrado se verá gravemente afectada, y esto es antes de que asuma el próximo presidente de La Reserva Federal (FED), quien probablemente se inclinará hacia la postura extremadamente dovish de la Casa Blanca.
Es importante destacar que esta transformación tendrá un impacto profundo a largo plazo en el mercado. Primero, el dólar se convertirá en la víctima. Segundo, a medida que se acorte la duración promedio ponderada de la deuda pública, la curva de rendimiento tenderá a empinarse, lo que significa que los costos de financiamiento a largo plazo se volverán más caros. Para artificialmente mantener bajos los rendimientos a largo plazo, la posibilidad de reactivar herramientas de política como la flexibilización cuantitativa, el control de la curva de rendimiento (YCC) y la represión financiera aumentará significativamente. En última instancia, esto podría convertirse en una "victoria" para el Tesoro. Si la inflación es lo suficientemente alta y el gobierno logra controlar su déficit presupuestario estructural, entonces la relación deuda a PIB podría efectivamente disminuir. Pero para la Reserva Federal de EE. UU., esto es sin duda una dolorosa pérdida, ya que su independencia, que ha sido difícil de conseguir, se verá gravemente debilitada.
Tres, cuando el banco central no responde: cómo Powell enfrenta el fuego de Trump
En el pasado, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, enfrentó un fuerte ataque del entonces presidente Trump. La estrategia de respuesta de Powell mostró el camino de supervivencia del banco central bajo la presión política:
Regla uno: no hablar de Trump. Powell evitará hacer comentarios directos sobre las críticas a Trump en público y se mantendrá en silencio.
Regla dos: No responder a provocaciones. Incluso cuando se menciona de manera astuta el ataque a Trump, Powell simplemente lo pasa por alto sin responder directamente.
Regla tres: Mantenerse en temas económicos y no hablar de política. Cada vez que se le pregunta sobre la presión política, Powell siempre redirige el enfoque a la doble misión de La Reserva Federal (FED): baja tasa de desempleo y estabilidad de la inflación. Enfatiza que solo se centrará en lo que se puede controlar.
Regla cuatro: Cultivar aliados fuera de la oficina oval. Powell ha estado visitando activamente el Capitolio, ganando la aprobación y el apoyo unánime de los legisladores republicanos. La Reserva Federal (FED) también se ha mantenido unida, defendiendo la independencia del presidente. El ex presidente de la Reserva Federal (FED), Paul Volcker, también envió una carta felicitando a Powell, diciendo que "se ha desempeñado muy bien".
La estrategia de "no retaliar" de Powell no solo le ha ganado el respeto a la Reserva Federal (FED), sino que también ha consolidado su independencia bajo la presión política. Sin embargo, con la llegada de la era de dominio fiscal, la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrentará desafíos sin precedentes.
Conclusión:
La estrategia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de aumentar la emisión de bonos a corto plazo está cambiando silenciosamente el panorama de la política monetaria en Estados Unidos, poniendo en grave peligro la independencia de La Reserva Federal (FED). Esto no solo podría aumentar la inflación, sino que también limitará la capacidad de La Reserva Federal (FED) para enfrentar desafíos económicos, creando finalmente una situación dominada por la fiscalidad. En este contexto, ¿quién influirá realmente en las tasas de interés más importantes del mundo? La respuesta parece estar cambiando de la presidente de La Reserva Federal (FED), Powell, al secretario del Tesoro, Yellen. Las profundas implicaciones de esta transferencia de poder serán un punto clave de observación para la economía global y los mercados financieros en el futuro.
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¡Estados Unidos ha desatado silenciosamente una guerra por el control de la "Tasa de interés"! El secretario del Tesoro de EE.UU., Yellen, y el presidente de la Reserva Federal (FED), Powell, compiten por el poder.
En el escenario de la política económica de Estados Unidos, se está llevando a cabo una silenciosa batalla sobre el poder de formulación de la política monetaria. La estrategia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de aumentar la emisión de bonos a corto plazo está debilitando sustancialmente la independencia de la Reserva Federal (FED), y el poder de formulación de la política monetaria podría trasladarse de hecho al sector fiscal. Esta semana, el secretario del Tesoro de EE. UU., Yellen, ha declarado claramente que prefiere depender más de la financiación de deuda a corto plazo, una postura que contrasta con sus críticas anteriores a su predecesor por depender en exceso de los bonos del gobierno a corto plazo, lo que equivale a una política de flexibilización cuantitativa fiscal. Esto no solo estimulará los precios de los activos de riesgo a alejarse aún más de su valor justo a largo plazo y estructuralmente aumentará los niveles de inflación, sino que también limitará gravemente la capacidad de la Reserva Federal para formular libremente una política monetaria antiinflacionaria, formando un patrón dominado por el sector fiscal.
¿Por qué la deuda a corto plazo es el "catalizador" de la inflación?
En los próximos años, el aumento de la inflación parece inevitable, y la decisión del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de aumentar la emisión de deuda a corto plazo podría convertirse en un factor estructural que impulse la inflación.
La "monetización" de los bonos del tesoro: Los bonos del tesoro, como instrumentos de deuda con plazos de menos de un año, tienen una "monetización" mayor que los bonos a largo plazo. Los datos históricos muestran que la fluctuación en la proporción de los bonos del tesoro en el total de la deuda pendiente a menudo precede los altibajos a largo plazo de la inflación, lo que se asemeja más a una relación causal que a una simple correlación. El inicio de este ciclo inflacionario fue precedido por un aumento en la emisión de bonos del tesoro que comenzó a mediados de la década de 2010, cuando el déficit fiscal de Estados Unidos mostró por primera vez un crecimiento cíclico.
El efecto amplificador del mercado de recompra: En los últimos años, el crecimiento explosivo del mercado de recompra también ha amplificado el impacto de la deuda a corto plazo. Debido a la mejora de los mecanismos de liquidación y el aumento de la liquidez, las transacciones de recompra en sí mismas se han vuelto más similares a la moneda. Los bonos del Tesoro suelen obtener un descuento cero (zero haircut) en las transacciones de recompra, lo que permite una mayor tasa de apalancamiento; estos bonos del gobierno activados a través de recompras ya no son activos dormidos en el balance, sino que se convierten en "moneda cuasi" que puede elevar los precios de los activos.
Estimulación de liquidez: La elección de la estrategia de emisión tiene impactos radicalmente diferentes en la liquidez del mercado. Cuando la proporción de la emisión neta de bonos del año respecto al déficit fiscal es demasiado alta, el mercado de acciones tiende a tener problemas. El hecho de que el mercado de acciones cayera en un mercado bajista en 2022 es un ejemplo de ello, lo que llevó a la entonces secretaria del Tesoro, Yellen, a liberar una gran cantidad de bonos del Tesoro en 2023. Esta acción condujo con éxito a que los fondos del mercado monetario utilizaran la herramienta de acuerdos de recompra inversa (RRP) de la Reserva Federal de EE. UU. para comprar estos bonos a corto plazo, inyectando así liquidez al mercado y promoviendo la recuperación del mercado de acciones. Además, las observaciones muestran que la emisión de bonos del Tesoro a corto plazo generalmente tiene una correlación positiva con el crecimiento de las reservas de la Reserva Federal de EE. UU., especialmente después de la pandemia; mientras que la emisión de bonos a largo plazo tiene una correlación negativa con las reservas. En resumen, emitir más bonos a largo plazo comprimirá la liquidez, mientras que emitir más bonos a corto plazo aumentará la liquidez. La emisión de bonos a corto plazo proporciona un "dulce estímulo" al mercado, pero cuando el mercado de acciones ya se encuentra en niveles históricamente altos, los inversionistas tienen posiciones abarrotadas y las valoraciones son extremadamente altas, la eficacia de este estímulo puede ser difícil de mantener.
Dos, la llegada de la era de "liderazgo fiscal", La Reserva Federal (FED) en un dilema
Para la Reserva Federal de EE. UU., la exuberancia irracional de los precios de los activos y la alta inflación del consumo, junto con una gran cantidad de deuda a corto plazo no pagada, constituyen un complicado dilema de política. Según la norma, el banco central debería adoptar una política de endurecimiento frente a esta situación. Sin embargo, en una economía con una acumulación significativa de deuda a corto plazo, un aumento de las tasas de interés se traducirá casi inmediatamente en un ajuste fiscal, ya que el costo de endeudamiento del gobierno se disparará. En ese momento, tanto la Reserva Federal de EE. UU. como el Departamento del Tesoro se enfrentarán a una enorme presión para aflojar la política y contrarrestar el impacto. De todos modos, el ganador final será la inflación.
A medida que el saldo no remunerado de la deuda a corto plazo aumenta, La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos se verá limitada en sus aumentos de tasas de interés, volviéndose cada vez más incapaz de cumplir con su misión completa. Por el contrario, el enorme déficit del gobierno y sus planes de emisión dominarán sustancialmente la política monetaria, creando una situación de dominio fiscal. La independencia de política monetaria a la que el mercado se ha acostumbrado se verá gravemente afectada, y esto es antes de que asuma el próximo presidente de La Reserva Federal (FED), quien probablemente se inclinará hacia la postura extremadamente dovish de la Casa Blanca.
Es importante destacar que esta transformación tendrá un impacto profundo a largo plazo en el mercado. Primero, el dólar se convertirá en la víctima. Segundo, a medida que se acorte la duración promedio ponderada de la deuda pública, la curva de rendimiento tenderá a empinarse, lo que significa que los costos de financiamiento a largo plazo se volverán más caros. Para artificialmente mantener bajos los rendimientos a largo plazo, la posibilidad de reactivar herramientas de política como la flexibilización cuantitativa, el control de la curva de rendimiento (YCC) y la represión financiera aumentará significativamente. En última instancia, esto podría convertirse en una "victoria" para el Tesoro. Si la inflación es lo suficientemente alta y el gobierno logra controlar su déficit presupuestario estructural, entonces la relación deuda a PIB podría efectivamente disminuir. Pero para la Reserva Federal de EE. UU., esto es sin duda una dolorosa pérdida, ya que su independencia, que ha sido difícil de conseguir, se verá gravemente debilitada.
Tres, cuando el banco central no responde: cómo Powell enfrenta el fuego de Trump
En el pasado, el presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, enfrentó un fuerte ataque del entonces presidente Trump. La estrategia de respuesta de Powell mostró el camino de supervivencia del banco central bajo la presión política:
Regla uno: no hablar de Trump. Powell evitará hacer comentarios directos sobre las críticas a Trump en público y se mantendrá en silencio.
Regla dos: No responder a provocaciones. Incluso cuando se menciona de manera astuta el ataque a Trump, Powell simplemente lo pasa por alto sin responder directamente.
Regla tres: Mantenerse en temas económicos y no hablar de política. Cada vez que se le pregunta sobre la presión política, Powell siempre redirige el enfoque a la doble misión de La Reserva Federal (FED): baja tasa de desempleo y estabilidad de la inflación. Enfatiza que solo se centrará en lo que se puede controlar.
Regla cuatro: Cultivar aliados fuera de la oficina oval. Powell ha estado visitando activamente el Capitolio, ganando la aprobación y el apoyo unánime de los legisladores republicanos. La Reserva Federal (FED) también se ha mantenido unida, defendiendo la independencia del presidente. El ex presidente de la Reserva Federal (FED), Paul Volcker, también envió una carta felicitando a Powell, diciendo que "se ha desempeñado muy bien".
La estrategia de "no retaliar" de Powell no solo le ha ganado el respeto a la Reserva Federal (FED), sino que también ha consolidado su independencia bajo la presión política. Sin embargo, con la llegada de la era de dominio fiscal, la independencia de la Reserva Federal (FED) enfrentará desafíos sin precedentes.
Conclusión:
La estrategia del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de aumentar la emisión de bonos a corto plazo está cambiando silenciosamente el panorama de la política monetaria en Estados Unidos, poniendo en grave peligro la independencia de La Reserva Federal (FED). Esto no solo podría aumentar la inflación, sino que también limitará la capacidad de La Reserva Federal (FED) para enfrentar desafíos económicos, creando finalmente una situación dominada por la fiscalidad. En este contexto, ¿quién influirá realmente en las tasas de interés más importantes del mundo? La respuesta parece estar cambiando de la presidente de La Reserva Federal (FED), Powell, al secretario del Tesoro, Yellen. Las profundas implicaciones de esta transferencia de poder serán un punto clave de observación para la economía global y los mercados financieros en el futuro.