Las preocupaciones arancelarias dominan el sentimiento inflacionario; el impacto de la legislación fiscal en los consumidores aún no se ha manifestado.
El 30 de mayo, los datos mostraron que las expectativas de inflación en Estados Unidos para el próximo año aumentaron ligeramente hasta el 6,6%, el menor aumento desde las elecciones, poniendo fin al fuerte salto de las expectativas a corto plazo durante cuatro meses consecutivos. En particular, las expectativas de inflación a largo plazo (el valor final de las expectativas de la tasa de inflación a cinco a diez años en Estados Unidos en mayo) cayeron al 4,2% en mayo, el primer descenso desde diciembre de 2024, poniendo fin a una racha ganadora sin precedentes de cuatro meses. Dada la expectativa generalizada de que los aranceles se trasladarán a los precios al consumidor, no es sorprendente que la política comercial influya en sus percepciones económicas. Por el contrario, si bien el proyecto de ley de impuestos y gastos impulsado por el Congreso ha sido noticia, hasta ahora no parece haber tenido un impacto significativo en la confianza de los consumidores.
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Las preocupaciones arancelarias dominan el sentimiento inflacionario; el impacto de la legislación fiscal en los consumidores aún no se ha manifestado.
El 30 de mayo, los datos mostraron que las expectativas de inflación en Estados Unidos para el próximo año aumentaron ligeramente hasta el 6,6%, el menor aumento desde las elecciones, poniendo fin al fuerte salto de las expectativas a corto plazo durante cuatro meses consecutivos. En particular, las expectativas de inflación a largo plazo (el valor final de las expectativas de la tasa de inflación a cinco a diez años en Estados Unidos en mayo) cayeron al 4,2% en mayo, el primer descenso desde diciembre de 2024, poniendo fin a una racha ganadora sin precedentes de cuatro meses. Dada la expectativa generalizada de que los aranceles se trasladarán a los precios al consumidor, no es sorprendente que la política comercial influya en sus percepciones económicas. Por el contrario, si bien el proyecto de ley de impuestos y gastos impulsado por el Congreso ha sido noticia, hasta ahora no parece haber tenido un impacto significativo en la confianza de los consumidores.