Imagina que descubres una banda sin contrato destinada a alcanzar un gran éxito.
En lugar de llamar a discográficas de forma tradicional, ¿y si pudieras apostar directamente por ellos?
Este artículo presenta los mercados de oportunidades: mercados de predicción privados en los que quienes identifican oportunidades reciben una remuneración por parte de quienes las aprovechan.
Las discográficas, los laboratorios de investigación y los fondos de capital riesgo desean descubrir la próxima gran tendencia antes que sus competidores. Sin embargo, quienes detectan primero estas oportunidades suelen carecer de contactos institucionales. Hasta ahora, no existía una vía clara para que ambas partes se conectaran y realizaran transacciones.
Los mercados de predicción permiten, mediante la participación financiera directa, extraer señales de valor de participantes distribuidos. Sin embargo, para que alguien gane 1 M$ apostando a que XYZ tendrá éxito, otra persona debe apostar 1 M$ a que no lo conseguirá. Nadie quiere arriesgarse en contra de miles de oportunidades de las que ni siquiera ha oído hablar.
Las contrapartes naturales en un mercado así serían quienes tienen capacidad de actuación: discográficas, empleadores, fondos, etc. Sin embargo, si aportaran liquidez en un mercado de predicción público, acabarían financiando información de la que sus competidores podrían beneficiarse de igual manera.
Los mercados de oportunidades abordan este problema manteniendo los precios del mercado privados y accesibles únicamente para el patrocinador.
Por ejemplo, una discográfica podría aportar 25 000 $ de liquidez a la predicción “Firmaremos con el artista XYZ en 2025”, ofreciendo así 25 000 $ de capital de incentivo que los exploradores pueden obtener si identifican la oportunidad antes que otros. Si la discográfica ve que el precio sube, recibe una señal temprana para investigar a ese artista. Los precios y las posiciones se hacen públicos solo después de una “ventana de oportunidad” de, por ejemplo, dos semanas. Es como un programa de exploradores descentralizado en el que cualquier persona en el mundo puede tener participación financiera real.
Existen retos reales: los operadores actúan sin datos sobre precios ni posiciones durante periodos significativos, y el riesgo de autonegociación es evidente. Aun así, creemos que aquí se puede descubrir algo valioso y que el espacio de diseño es amplio.
Pensemos en un fan de la música que descubre a un artista sin contrato que llegará a lo más alto. El fan tiene información de valor, pero no tiene vínculo alguno con una discográfica. Las discográficas que podrían firmar con ese artista ni siquiera saben que existe. O en un investigador que identifica que un artículo poco conocido contiene una innovación fundamental para la conducción autónoma. Carece de recursos para comercializarlo, mientras que las empresas que gastan miles de millones en I+D lo ignoran por completo.
Este patrón se repite en distintos sectores: comerciantes detectan tendencias antes que las grandes marcas, proveedores locales observan negocios exitosos antes que los inversores, y los fans descubren talento deportivo antes de que se haga evidente.
En todos los casos, alguien con profunda experiencia contextual y próximo al lugar donde surge una novedad tiene información que sería valiosa para alguien con recursos para actuar, pero que está lejos. No existe un mecanismo que conecte ambos perfiles. La persona con información no puede monetizar su hallazgo y la persona con recursos deja pasar la oportunidad.
En este artículo nos centramos especialmente en oportunidades que requieren recursos significativos tanto para su evaluación como para su ejecución, y que tienen un componente de competencia y de ventana temporal limitada, de modo que conocerlas antes que otros que puedan actuar sobre ellas confiere ventajas importantes.
Un programa de exploradores es una posible solución a la situación descrita. Ofrecen a personas seleccionadas con conocimiento contextual una pequeña participación en las oportunidades que identifican. No obstante, estos programas están limitados por los requisitos de confianza y el coste de las evaluaciones. Las instituciones no pueden escalar más allá de su capacidad para verificar tanto a los exploradores como sus recomendaciones.
Los mercados de predicción son un método acreditado para reunir información procedente de un grupo descentralizado y amplio de personas. Sin embargo, presentan un problema de incentivos clave: para que alguien obtenga un beneficio sustancial apostando por el éxito de un artista, otros deben perder una cuantía equivalente. No es lógico que un creador de mercado apueste grandes sumas contra el éxito de un artista desconocido. Incluso si las instituciones aumentan la liquidez en estos mercados para aprovechar la información, los mercados de predicción, tal como están planteados hoy, ofrecen sus datos como un bien público. Los competidores pueden aprovecharse de las mismas señales, eliminando la ventaja competitiva. Este es el principal problema que los mercados de oportunidades pretenden abordar.
Este concepto resulta más sencillo de entender con un ejemplo. Imagina una discográfica que quiere aprovechar los mercados de oportunidades para crear un programa de scouting descentralizado.
Crea una familia de mercados de predicción privados con la pregunta “¿Firmaremos con el artista X en 2025?” para cada artista X. Cualquier persona puede crear un nuevo mercado para un artista no listado previamente e incorporarlo a esa familia.
Estos mercados son privados en el sentido de que solo el patrocinador conoce el precio de mercado en todo momento. A continuación abordaremos algunos de los desafíos asociados.
La discográfica actúa como creador de mercado, proporcionando, por ejemplo, hasta 25 000 $ de liquidez por mercado. Puede comprometerse a aportar dicha liquidez o demostrarlo, por ejemplo, operando un AMM dentro de un TEE. Este sería el capital de incentivo que los exploradores pueden obtener si detectan la oportunidad antes que nadie. A medida que los exploradores adquieren convicción sobre una oportunidad, compran más participaciones y hacen subir el precio en el mercado. Cuando el precio de una oportunidad sube, la discográfica patrocinadora lo detecta e investiga, lo que puede llevar a la firma de un contrato. Si finalmente firman al artista, la discográfica paga las participaciones y realiza, en la práctica, un incentivo de scouting descentralizado de hasta 25 000 $.
Para que los mercados de oportunidades funcionen, sólo el patrocinador debe poder ver los precios actuales. Si los operadores pudieran comprobar inmediatamente las ejecuciones de sus operaciones, podrían reconstruir los precios de mercado operando de forma estratégica.
No obstante, los operadores deben conocer en algún momento cuáles son sus posiciones. La solución es una ventana de oportunidad ―por ejemplo, de dos semanas― tras la cual los operadores sabrán si sus órdenes han sido ejecutadas. Así, los patrocinadores disponen de tiempo para investigar oportunidades prometedoras antes de que la información sea pública.
Tras cerrarse la ventana, existen diferentes alternativas de diseño: revelar todos los precios y posiciones, revelar solo las posiciones a cada operador, establecer reglas diferentes para grandes y pequeñas órdenes, etc. Sistemas más sofisticados podrían permitir órdenes limitadas para cerrar posiciones antes de la revelación, o incluso agentes de negociación que operen sin mostrar las posiciones actuales.
Los mercados pueden funcionar tanto mediante creadores automáticos de mercado como a través de libros de órdenes. En ambos casos, la liquidez tiende a concentrarse en unos límites determinados. Por ejemplo, el patrocinador podría ofrecer liquidez a partir de un 1 % de probabilidad, por debajo de la cual la información pierde interés, y dejar de ofrecer por encima del 30 %, donde la señal de mercado adicional deja de aportar valor.
En la mayoría de oportunidades, como las firmas de nuevos artistas, el patrocinador sólo puede actuar sobre un número limitado en un periodo concreto. Por tanto, si los participantes confían en que la discográfica pagará, pueden comprometerse a liquidar un número ilimitado de mercados del tipo “¿Firmaremos con el artista X en 2025?” asegurándose de no aportar tanta liquidez en total como para no poder afrontar los pagos si firmasen demasiados artistas. Para un enfoque más descentralizado, los mercados pueden estar totalmente colateralizados con una estructura de “primeros N”. Por ejemplo, mercados del tipo “¿Estará XYZ entre los 10 primeros artistas con los que firmemos en 2025?” requerirían colateralizar cada mercado con 10 veces la liquidez máxima. Solo pueden pagar diez mercados.
Los patrocinadores disponen de información privilegiada sobre el estado del mercado y sobre su propio proceso de decisión, lo que genera riesgos de abuso, como insinuar que van a aprovechar la oportunidad X mientras venden activamente en ese propio mercado.
El reto desde el punto de vista del diseño de mecanismos es importante, y en gran medida hay que apoyarse en la reputación y la confianza. Al final, los participantes solo acudirán a mercados patrocinados por entidades que demuestren ser justas con el tiempo. Como recomendación, los patrocinadores deberían comprometerse a no vender activamente en sus propios mercados (aunque pueden comprar o retirar liquidez de venta tras decidirse por firmar o investigar una oportunidad) y a destinar cualquier beneficio obtenido en estos mercados bien a devolverlo a los participantes, bien a aportar liquidez adicional en mercados futuros. Operar los mercados de oportunidades en un TEE y publicar todas las operaciones una vez resuelto el mercado también puede aportar transparencia y reducir riesgos.
Nos ilusiona ver cómo evolucionan los mercados de oportunidades en el tiempo. Si te interesa profundizar en ellos o explorar otras ideas de finanzas de la información, nos encantará conocerte.